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El diagnóstico temprano es clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes de Alzheimer y sus familias. SCALIAN ha desarrollado un modelo de inteligencia artificial para la detección precoz de esta enfermedad.
En la lucha por contener el avance de Alzheimer, los modelos de inteligencia artificial aplicados a imagen médica, se presentan como una solución sanitaria disruptora, a la vez que sencilla de implementar. Basada en la detección por imagen, en este caso mediante una resonancia magnética T1, logra detectar el grado de manifestación de la enfermedad en el paciente. La clasificación y etiquetación de la resonancia se basa en el CDR, Clinical Demential Rating, que establece una escala global de cinco puntos que abarca seis ejes: la memoria, la orientación, el juicio, la resolución de problemas, el desempeño en comunidad, además del rendimiento en casa, las aficiones y el cuidado personal.
El sistema de valoración es básico. Las puntuaciones, del 0 al 3, se basan en la clasificación estándar de la comunidad médica internacional para el Alzheimer. Una puntuación de 0 descarta la enfermedad, 0,5 se traduce en demencia muy leve, el 1 leve, el 2 moderada y el 3 severa.
Este método, recalcan desde Scalian Spain, donde se ha desarrollado este proyecto, no sustituye a la toma de decisiones del médico, sino que le ayudan a realizar una interpretación más rápida y precisa de los datos a la hora de realizar su diagnóstico. Así, “este modelo de vanguardia logra una precisión superior al 90 %, llegando incluso al 99 % en casos específicos, lo que le convierte en una herramienta invaluable para la práctica clínica”.
El apoyo de este prediagnóstico mediante el empleo de IA en imagen médica supone, además, mejoras significativas para la calidad de vida del paciente de Alzheimer, tanto permitiendo un diagnóstico precoz como un análisis personalizado, lo que se traduce en tratamientos y cuidados específicos implementados en cada momento de avance de la enfermedad.