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La respuesta del cuerpo humano a las nanopartículas como medicamentos y, por tanto, su éxito, depende de la distribución de las proteínas plasmáticas en su superficie. Hay varios factores que afecta a la distribución de las proteínas y a su unión; a pesar de esto, no es un procedimiento aleatorio. Por lo tanto, la caracterización y separación de las que no asegure los mejores resultados es esencial.
Los tubos para la aplicación deben tener varias especificaciones para asegurar los mejores resultados: deben ser tubos de microcentrífuga de baja retención. Hasta ahora se utilizaba normalmente los microtubos de 2,2 ml; sin embargo, hoy en día la mejor opción son los microtubos de 5 ml de baja retención para un manejo más sencillo. El siguiente paso es conseguir una centrífuga refrigerada que pueda alcanzar una velocidad mínima de 25.000 RCF para estos tubos.
La centrífuga Biocen 22 R, con su rotor RT 252, que comercializa la empresa Ortoalresa, es la apropiada para alcanzar los resultados requeridos, ya que puede trabajar hasta 31.865 xg.