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Pfizer lanza una nueva edición de su programa de becas educacionales independientes para fortalecer el conocimiento de los profesionales de la salud en el manejo del cáncer de mama metastásico desde un enfoque integral. En este 2025, la iniciativa busca reconocer aquellos proyectos que identifiquen y aborden las necesidades educativas, barreras y brechas a las que se enfrentan las pacientes con cáncer de mama metastásico, con el fin de conseguir una atención integral de estas. Para ello, se apoyarán económicamente proyectos individuales con hasta 20.000 € por iniciativa, contando con una inversión total de 75.000 euros.
Los proyectos que se presenten deben tratar:
Sobre los formatos que pueden tener estas iniciativas, estos pueden ser desde sesiones educativas a pacientes, recursos online como newsletters, cursos y webinars, herramientas descargables para pacientes o guías de práctica clínica, así como contenidos para redes sociales, vídeos, podcast, infografías o animaciones.
Pueden optar instituciones sanitarias; asociaciones de profesionales, sociedades médicas y/o asociaciones de pacientes que trabajen en esta patología, y todas las propuestas deberán comenzar a desarrollarse a partir del mes de octubre de este 2025, con un máximo de 18 meses de duración.
Tras la buena acogida de la edición del año pasado, con más de 20 candidaturas, en esta edición se pretende apoyar aquellas actividades educativas que se centren en mejorar la atención integral de las pacientes, teniendo en cuenta las comorbilidades, la polimedicación, la calidad de vida y las necesidades de estas, como explica José Chaves, director médico de Pfizer España: “En Pfizer somos plenamente conscientes de que un enfoque integral en oncología es fundamental para un abordaje completo de la enfermedad. Desde hace años, desarrollamos diversas herramientas diseñadas para mejorar la comprensión de los pacientes sobre su enfermedad, siempre basadas en información rigurosa y respaldada por la evidencia científica".
Las becas que lanzamos este año adquieren una relevancia especial, ya que refuerzan nuestro compromiso con la formación de los profesionales sanitarios en áreas que van más allá del tratamiento farmacológico. Esto se traduce en una mejora en la educación de los pacientes, permitiéndoles convertirse en actores activos en su propio tratamiento. Si el año pasado nos centramos en proyectos digitales para mejorar la calidad de vida de las pacientes, este año damos un paso más allá, ampliando el abanico a otras herramientas disponibles que pueden contribuir al bienestar integral de estas mujeres”.