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Farmaindustria informa de que por primera vez China ha superado a Europa como creador de nuevos principios activos, con 25 frente a los 17 del viejo continente. Estados Unidos sigue liderando este ranking con 28 de un total de 90 nuevas moléculas, una posición que arrebató a Europa tras una fuerte apuesta por la I+D biomédica entre 1995 y 2005 y que se ha ido consolidando e incrementando en la última década.
“Necesitamos recuperar la competitividad perdida en Europa respecto a Estados Unidos y Asia a través de una nueva legislación farmacéutica europea que proteja la propiedad industrial y promueva la innovación”, indica la directora del Departamento Internacional de Farmaindustria, Iciar Sanz. Pero la propuesta de revisión de la legislación farmacéutica presentada por la Comisión Europea, aunque con aspectos positivos, incluye otras medidas que acrecentarían esta pérdida de competitividad.
“Los planes de la Comisión pueden acelerar la caída de la posición de Europa como región innovadora mundial en comparación con Estados Unidos, China y Japón, regiones que han apostado por fomentar las inversiones en I+D biomédica en los últimos años. De hecho, nuestro continente lideraba la I+D biomédica hace 20 años. En 2010, Europa representaba el 37 % de la I+D mundial; en 2020, esa cifra había caído al 32 %. Las nuevas investigaciones proyectan que para 2030 esa cifra se habría reducido aún más, al 25%, y para 2040, a solo el 21 % de la actividad de investigación y desarrollo en comparación con las otras regiones. Mientras tanto, se espera que la contribución de China salte del 2 % en 2010 al 17 % en 2040”, puntualiza Iciar Sanz.
Por tanto, “Europa necesita reforzar la protección de la propiedad intelectual para los nuevos medicamentos y vacunas y crear las condiciones para que las empresas decidan invertir en investigación, desarrollo y fabricación de medicamentos en la región, porque al final los pacientes europeos serán los principales beneficiarios de que haya más tratamientos y más eficaces, disponibles. Esto se traducirá en una sociedad con mayor bienestar, mejor cuidada y más productiva, y en una región que tendrá garantizada su autonomía estratégica en materia de medicamentos, un factor determinante para el futuro como nos ha enseñado la pandemia”, concluye