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Los estudiantes que están saliendo de las últimas promociones del Grado en Biomedicina en Valencia están poniendo a la investigación española en el foco en cuanto al tratamiento de enfermedades crónicas.
Como cualquier otra disciplina experimental, la medicina está en constante avance y cuenta con otras ciencias relacionadas para llegar cada vez más allá en el intento por mejorar la vida de los pacientes y por reducir sus complicaciones de salud.
En este sentido, la biomedicina se ha convertido en el gran aliado de los sanitarios. Esta ciencia, que se basa en la investigación molecular, genética y celular, tiene un protagonismo principal en el desarrollo de los tratamientos más innovadores que se han desarrollado en los últimos años.
Esto hace que, dentro de la oferta de Grados en Valencia, sea uno de los más demandados y que más nota media requiere por parte de los alumnos en la prueba de acceso a la universidad. ¿Pero cuáles son los avances de la biomedicina que realmente están revolucionando el ámbito sanitario? El campo de las enfermedades crónicas es uno de los más beneficiados por estos profesionales.
La biomedicina trabaja con un objetivo claro: el paciente está en el centro. Y la mejora de su organismo debe ser la clave principal de cualquier terapia que se aconseje para ellos. En otras palabras, la biomedicina debe centrarse en las causas que originan la enfermedad, y no tanto en paliar los síntomas, que solo son una consecuencia de lo primero.
Teniendo en cuenta esto, no es difícil entender que las dolencias crónicas hayan sido, desde el inicio de esta disciplina, uno de los grandes retos de los biomédicos: suelen ser dolencias sostenidas en el tiempo y con difícil solución, por lo que obtener terapias que ofrezcan resultados ha sido uno de los grandes retos de esta ciencia sanitaria.
Así, el área de la biomedicina ha dado muy buenos resultados en dolencias como la diabetes, la artritis o las enfermedades cardiovasculares.
La literatura científica que aborda el tratamiento de la diabetes a través de la biomedicina es constante. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero se publicaron las resoluciones de un estudio que establecía un nuevo mecanismo que podría mejorar los tratamientos actuales contra la diabetes.
La investigación se centró en el estudio de la proteína GDF15, que se presenta muy elevada en los pacientes obesos y que inhibe la síntesis de glucosa. De esto se determina que, de modular los niveles de GDF15, se podría manejar muchísimo mejor la dolencia.
En el caso de la artritis, la biomedicina ha sido esencial para establecer protocolos que ayudan a regenerar tendones, cartílagos y huesos. Además, existen terapias que consiguen bloquear la inflamación de las zonas afectadas, así como frenar el desarrollo de artrosis y osteoporosis, más allá de otras dolencias relacionadas.
La enfermedad cardiovascular es la causante del mayor número de muertes y discapacidades en España. Por eso, la labor biomédica en este caso es muy relevante. De hecho, en nuestro país existen numerosos grupos de trabajo y redes de comunicación entre centros especializados y universidades para avanzar en programas científicos que ayuden a reducir las consecuencias de los ataques cardíacos.
Todos estos avances no serían posibles sin la colaboración directa de las universidades. Y no solo de los profesores e investigadores, los propios estudiantes de la carrera de biomedicina son necesarios para asegurar el futuro de la investigación.
Quienes se están formando en biomedicina están aprendiendo las últimas técnicas de investigación y aplicación. Y serán quienes estén capacitados para desarrollar nuevas terapias para estas y otras enfermedades en el futuro.