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AseBio y la Plataforma de Mercados Biotecnológicos organizaron, en el marco de la XVII Conferencia Anual de las Plataformas Tecnológicas de Investigación Biomédica (Barcelona) (29 de mayo), la mesa de debate titulada “Colaboración y transferencia: el ADN de la investigación biomédica”.
Como se aseguró en el encuentro, la transferencia de tecnología y la colaboración se erigen como pilares fundamentales de la innovación biotecnológica, un binomio que permite que la investigación de frontera que se desarrolla en el ámbito biotecnológico se transforme en soluciones innovadoras que lleguen a los pacientes. En este sentido, las compañías biotech se han especializado en cubrir uno de los eslabones más críticos en la cadena de la transferencia: convertir los descubrimientos científicos en tecnologías, apuntaron los ponentes.
Y es que España se posiciona como la novena potencia global en términos de producción científica sobre biotecnología. A pesar de esto, existe en nuestro país un significativo desequilibrio entre esta producción científica y el desempeño de la innovación. En este contexto, uno de los principales desafíos a los que nos enfrentamos en la modernización y transformación de nuestro país radica en la necesidad de conectar conocimiento científico y los avances de investigación con la creación de productos innovadores que aborden los desafíos económicos y sociales.
“La transferencia tecnológica ha de comprenderse como la oportunidad de poner en el mercado una primicia, un avance técnico, un reto innovador. Esta ha de concebirse como una ventaja competitiva en el contexto del mercado actual. Incorporar valor al contexto social y acelerar la capacidad que teníamos como investigadores de tocar este tejido y multiplicar la capacidad de transferir fue la razón de crear Microomics”, explicó Pedro Iñaki González, cofundador, CEO y COO de Microomics.
Por todo ello, la colaboración entre los distintos eslabones de la cadena de transferencia se constituye como fundamental. Una pieza clave en la creación y fortalecimiento del tejido empresarial y que, en España, es fundamental para el desarrollo del sector biotecnológico, se aseguró.
En 2022 se produjeron en nuestro país 295 alianzas de las empresas biotecnológicas, de las que 189 fueron acuerdos con centros públicos, es decir, un 64 % de las colaboraciones son público-privadas. Por detrás encontramos las colaboraciones entre diferentes empresas biotecnológicas con casi un 20 % de las colaboraciones. Cabe señalar que la mayoría de estas son alianzas están enfocadas en el I+D (176), seguido del desarrollo clínico y las alianzas dedicadas a la producción.
Tanto la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como la Comisión Europea (CE) han advertido a España sobre la necesidad de impulsar la transferencia y la colaboración para convertir la excelente ciencia con la que contamos en soluciones innovadoras.
En este sentido, la protección de la propiedad intelectual, de forma que permita a los investigadores avanzar y desarrollar productos y soluciones derivados de sus investigaciones, se presenta como uno de los primeros pasos que debemos dar en el camino de la creación de productos innovadores.