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La colaboración entre universidades y empresas es imprescindible para poder avanzar e innovar. Fue una de las principales conclusiones de la jornada “I+D+i, factores de competitividad en biotecnología”, organizada por la división de IQS Tech Transfer y celebrada en las instalaciones de IQS. El encuentro reunió a destacados profesionales de empresas del sector y expertos en el ámbito de la biotecnología, una disciplina científica que se ha convertido en esencial para ofrecer soluciones a los problemas de la sociedad en áreas como la salud, la alimentación, la protección medioambiental, el uso de combustibles o la cosmética, entre muchas otras.
La aplicación de la biotecnología puede proporcionar potentes mejoras en la competitividad y la rentabilidad de una empresa, pero no solo requiere habilidad y estrategia, sino también grandes inversiones en investigación y una permanente búsqueda para ampliar conocimientos y compartirlos. Y, en este sentido, las universidades y los centros de investigación juegan un papel clave.
“La biotecnología es una de las grandes apuestas de IQS, un ámbito en el que queremos impulsar y conseguir una gran capacidad de investigación”, apuntó el Dr. Salvador Borrós, director general de IQS, durante la inauguración de esta jornada. Asimismo, destacó la necesidad de disponer de suficientes recursos para conseguir, desde las universidades y los centros de investigación, “formar profesionales con talento y conocimiento para poder innovar y hacer llegar la innovación al mercado”.
Este fue el punto de partida de un encuentro que se cerró con una mesa redonda moderada por la Dra. Núria Vallmitjana, directora de IQS Tech Transfer, quien incidió de nuevo en la necesidad de colaboración entre universidades y empresas, con la pregunta a los ponentes sobre “qué esperaban desde las empresas de la colaboración con universidades”. El debate introdujo aspectos como la necesidad de establecer relaciones win-win; la conveniencia de agilizar el concepto de experto y acercarse a los clientes o la dificultad que entraña realizar una investigación orientada, con un equilibrio adecuado entre nutrir el conocimiento y llevarlo a la aplicación. “Cuando se consigue la conexión entre los miembros de los equipos de investigación de la empresa y la universidad, estos funcionan como uno único y durante mucho tiempo”, afirmó la Dra. Vallmitjana.
Esta llamada a la colaboración puso punto y final a una intensa jornada de análisis, debate y reflexión en torno a cinco ponencias, basadas en diferentes ámbitos de experiencia, tanto de universidades como de empresas. Así, la Dra. Noemí Serra, R&D director Medictade Skin Care de LETI Pharma, mostró cómo los productos naturales han experimentado una gran transformación, en gran parte por las aportaciones de la biotech, con obtención de productos avanzados y personalizados, que constituyen el futuro del mundo de la cosmética.
Por su parte, el Dr. Antoni Planas, profesor catedrático y director del Laboratorio de Bioquímica del Departamento de Bioingeniería de IQS, presentó algunos de los ejemplos de la investigación que llevan a cabo en el Grupo de Química Biológica y Biotecnológica – GQBB, en las áreas de la biocatálisis y de la ingeniería metabólica. Y, desde Repsol, la Dra. M. del Mar González Barroso, Technical Advisor in Biotechnology – Deep Technologies, explicó el papel de la biotecnología para identificar nuevas tecnologías y aproximaciones científicas que faciliten el desarrollo de nuevos productos, con el fin de obtener procesos industriales bajos en carbono y orientados a la economía circular.
Experiencias y sectores muy diferentes, pero conclusiones compartidas. “Sin conocimiento no hay ni innovación ni transformación”, afirmó el Dr. Francesc Gòdia, catedrático de Ingeniería Química, investigador del Grupo de Bioingeniería y Biocatálisis Aplicada de la UAB y vicepresidente de la European Federation of Biotechnology. Tras ofrecer una visión general de la biotecnología como “ciencia multidisciplinar basada en el conocimiento”, el Dr. Gòdia hizo hincapié en la necesidad de establecer clústeres para que las grandes empresas puedan llevar la innovación al mercado.
“La innovación consta de cinco ingredientes fundamentales: la colaboración; conocer las necesidades del cliente; tener un propósito y un foco para llegar al mercado; escuchar activamente y adaptarse al cambio”, resumió el Dr. Pau Vila, CEO de BioSystems, en la última ponencia de la jornada, donde aportó su experiencia de “ir más allá del producto” y su camino para llevar la innovación hasta el mercado.