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Como cada año durante el mes de noviembre las instituciones sanitarias nacionales e internacionales impulsan una campaña dedicada a concienciar sobre el uso adecuado de antibióticos y la lucha contra las Resistencias a Antimicrobianos (RAM).
El Grupo de Patología Infecciosa de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (GPI de AEPap) y la Guía ABE se unen a esta campaña resaltando que “el uso adecuado de antibióticos es una responsabilidad compartida que implica a autoridades, profesionales, población e industria farmacéutica”.
La RAM, estrechamente relacionada con el consumo de antibióticos, tiene graves consecuencias en la salud pública, los sistemas sanitarios y la economía. De acuerdo con datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), más de 35.000 personas mueren cada año en la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo como consecuencia directa de una infección debida a bacterias resistentes a los antibióticos.
En España, en los últimos años se han desarrollado los llamados PROA, programas de optimización del uso de antibióticos, que recogen todos los aspectos relacionados con este objetivo. Sin embargo, su implementación es desigual en las distintas Comunidades Autónomas: no alcanzan a todos los profesionales, no está asegurado el acceso a la información necesaria para realizar una prescripción adecuada y no siempre se revierten al profesional los resultados de las estrategias e intervenciones realizadas. Tampoco se ha llevado a cabo una intervención efectiva sobre los factores asistenciales que influyen en la prescripción.
Para que estos programas consigan su objetivo deben difundirse e implicar a todos los profesionales y aportar herramientas prácticas que ayuden a la prescripción. Es necesario que los pediatras se integren de forma efectiva en la estructura y desarrollo de los mismos. “Los profesionales debemos actualizar nuestros conocimientos con el fin de optimizar la elección, las dosis y la duración de los tratamientos antibióticos, utilizar, cuando sea posible, estrategias de prescripción diferida y evitar, explicando los motivos a las familias, la prescripción de antibióticos en procesos virales. Pero sin la participación y compromiso del resto de instancias implicadas, la labor de los profesionales no es suficiente para conseguir el objetivo” afirman desde GPI AEPap.