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Mediante el estudio del Nucleoma 4D es posible dar un paso más y conocer la organización tridimensional de del genoma (3D) y su dinámica (4D), y cómo esto influye a la regulación de los genes.
En este sentido, la Fundación Instituto Rocheha publicado el “Informe Anticipando: Nucleoma 4D”, elaborado por el Observatorio de Tendencias en la Medicina del Futuro, y cuyo coordinador ha sido Marc A. Martí-Renom, investigador de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) en el Centro Nacional de Análisis Genómico-Centro de Regulación Genómica (CNAG-CRG).
“Hoy en día ya conocemos que ciertas enfermedades, entre ellas algunos tipos de cánceres, están influenciadas por un plegamiento incorrecto del genoma dentro del núcleo. Por lo tanto, estudiar el Nucleoma 4D nos permitirá entender mejor y diagnosticar con más precisión estas enfermedades”, ha explicado el especialista, quien incide no solo en las ventajas para el diagnóstico de patologías, sino en la oportunidad que brinda para clasificar las enfermedades con mayor precisión y, por tanto, tener disponibles terapias más adecuadas para esos pacientes en el futuro.
El empaquetamiento del ADN dentro del núcleo no se produce al azar, sino que sigue unos patrones específicos de plegamiento que están dirigidos a facilitar las interacciones de los genes y sus elementos reguladores generando la estructura 3D del genoma. Mediante el estudio del Nucleoma 4D es posible conocer los cambios que se producen en dicha estructura tridimensional a lo largo del tiempo y así saber cuáles son las implicaciones y consecuencias que esto podría tener en las funciones del genoma, el desarrollo de enfermedades y su evolución. Así, como indica el experto, ahondar en el conocimiento del Nucleoma 4D es tan importante, dado que tiene potenciales aplicaciones en la Medicina del Futuro.
En palabras del vicepresidente de la Fundación Instituto Roche, Federico Plaza, gracias al estudio del Nucleoma 4D, “será posible obtener más información acerca del genoma, conocer más sobre las alteraciones relacionadas con su estructura y entender qué patologías pueden llegar a desencadenarse”. Esta información favorecerá la identificación de nuevas dianas terapéuticas, el desarrollo de aplicaciones para la práctica clínica y una oportunidad para mejorar el abordaje de las mismas. Algo que se traduce en avances hacia la medicina del futuro.