En este contexto, Inés Juste, participó en la mesa de debate Adaptación al cambio, una constante en la empresa, donde ha aseverado: “Tenemos que formarnos para gestionar las empresas y liderar a los trabajadores en entornos de incertidumbre”. Esta mesa fue moderada por Gerardo Yagüe, socio director de Deloitte en la Comunidad Valenciana y Región de Murcia, y también contó con la participación de Jorge Gallardo, presidente de Vithas, y Francisco Lorente, presidente de MSC España.

En poco más de una década, el mundo se ha enfrentado a un gran número de cambios, como la crisis financiera e inmobiliaria de 2008 o la más reciente pandemia de COVID-19 y la guerra de Ucrania. Las compañías han tenido que adaptarse constantemente al cambio. En particular, Inés Juste ha señalado que donde más ha sufrido la gestión del cambio ha sido cuando sucedió a su padre, Rafael Juste, como presidenta de Grupo Juste. “Me tuve que enfrentar a una sucesión precipitada y a un cambio de modelo de negocio. Tenía que tomar decisiones de manera rápida y con una experiencia limitada en cuanto a años de experiencia, aunque eso me ayudó  a tomar decisiones disruptivas en nuestro sector”.

Liderar en entornos de incertidumbre

Respecto al manejo del talento en la empresa, el mayor reto que enfrenta el Grupo Juste es incorporar talento junior que se combine con el senior. “Afortunadamente, en distintos campos tenemos una rotación muy escasa y un compromiso muy elevado de los empleados por todo el trabajo que hacemos de engagement, de que entiendan el proyecto”, informa Juste. Asimismo, ha remarcado la necesidad de “liderar y conseguir que las personas sepan trabajar en un entorno de incertidumbre. Sin olvidar que los líderes también nos tenemos que formar para gestionar las empresas en estos entornos”.

La otra gran preocupación es la retención de ese talento joven. A este respecto, Grupo Juste ha desarrollado un “modelo de compensación total” para competir con empresas mucho más grandes. Según asevera Inés Juste, este modelo no solo tiene en cuenta la parte salarial o los beneficios sociales, sino también la salud integral del trabajador. Esto es, cuidar la salud en 360 grados, atendiendo también la parte emocional. En relación al problema de la conciliación, ha señalado la necesidad de intentar que las personas tengan un equilibrio personal y profesional lo mejor posible. “De forma que den todo lo posible en el trabajo, pero que el trabajo les permita conciliar en la vida personal”, explica.