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La Asociación de la Prensa de Madrid acogió el 26 de julio una mesa informativa en la que participaron Carmen Cámara, secretaria de la Sociedad Española de Inmunología e inmunóloga clínica del Hospital Universitario La Paz; Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y salud pública de la Universidad Rey Juan Carlos; Borja Cabezón, embajador en misión especial para la crisis internacional COVID-19 y Salud Global del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y Elia Torroella, directora de I+D y Registros de HIPRA.
Estos expertos desgranaron las claves de la vacuna desarrollada por HIPRA que está suponiendo un importante hito por ser 100 % española y 100 % europea, haber presentado una eficacia alta como “booster heterólogo”, es decir como dosis de recuerdo, y tener las cualidades de conservación y administración de las vacunas de proteína recombinante: se conservan entre 2 y 8 ºC por lo que pueden conservarse en las neveras convencionales y no requieren reconstitución previa, lo que mejora y flexibiliza mucho el trabajo de los profesionales sanitarios. Así, los expertos han coincidido en que la vacuna de HIPRA, una proteína recombinante que contiene secuencias del dominio de unión al receptor (RBD) de las variantes Alfa y Beta del SARS-CoV-2, es una opción especialmente óptima frente al resto de las vacunas ya existentes porque protege frente a la enfermedad por COVID severo y ha mostrado un espectro de protección amplio frente a las nuevas VOC (variantes de preocupación) que han ido apareciendo, y una buena respuesta inmunitaria.
En su intervención Carmen Cámara, secretaria de la Sociedad Española de Inmunología e inmunóloga clínica del Hospital Universitario La Paz, destacaba la importancia de apostar por la vacunación heteróloga (la combinación de vacunas desarrolladas con distintas plataformas en las dosis administradas) como la estrategia de protección contra el COVID más eficaz y ha analizado cuales deben ser las variantes que deben incluir las nuevas vacunas. “La vacunación heteróloga, es la estrategia que se ha demostrado más efectiva para estimular el sistema inmune, especialmente a nivel celular porque las células de memoria T son las que nos protegen de la enfermedad severa por coronavirus que es precisamente el riesgo que debemos evitar en la población”.
En este sentido, Carmen Cámara, confirmaba que “ya tenemos ensayos clínicos recientes que confirman que la combinación de cualquiera de las vacunas existentes con las vacunas de proteína, como es el caso de la de HIPRA, mantienen la protección frente la enfermedad severa por COVID”. Por ello, señalaba que “si tenemos que plantearnos una cuartadosis contra el COVID, está más que demostrado que lo mejor para el sistema inmunitario sería que dicha dosis fuera heteróloga real. Es decir, un modelo de vacuna diferente, no simplemente el mismo modelo cambiando una variante, que es lo que ofrecen por ejemplo las vacunas de RNA”.
Cámara también analizaba cuáles son las variantes frente a las que se debe proteger: “existe un amplio consenso científico de que la vacuna que nos acabará sacando de esta pandemia sería una vacuna pancoronavirus, es decir una vacuna que nos sirva para bloquear todos los coronavirus y de hecho es en lo que están trabajando ya todas las compañías. Pero mientras se consigue, tengo razones para pensar que vacunas como la de HIPRA podrían ser prototipos de esta futura vacuna porque al combinar variantes, como hace HIPRA con la Beta y Alfa, se consigue una respuesta inmunitaria muy amplia frente a otras variantes diferentes como Delta, Ómicron y posiblemente otras más recientes (BA4) y BA5, y esto es lo más parecido que existe a una vacuna pancoronavirus”.
Elia Torroella, directora de I+D y Registros de HIPRA, presentó los últimos estudios publicados sobre la vacuna que confirman los buenos resultados que se han ido viendo durante los últimos meses. “Estamos muy contentos con los resultados que estamos viendo con la vacuna, tanto en lo que hace referencia a protección frente a todas las variantes que han ido apareciendo, como en relación con la duración de la inmunidad y también a la baja reactogenicidad de la vacuna. Tenemos resultados recientes, todavía no publicados que nos demuestran unos buenos niveles de anticuerpos neutralizantes frente a las variantes de Omicron que están circulando actualmente en Europa, BA4 y BA5. Además, hemos podido comprobar que la caída de anticuerpos neutralizantes 6 meses después de la dosis de refuerzo, es menor cuando comparamos los sueros de pacientes que han recibido un booster con HIPRA con los que recibieron un booster con una vacuna de mRNA. Este es un punto muy importante de cara las campañas y programas de refuerzo”. Este efecto más duradero de la inmunidad es muy importante para podernos plantear dosis de refuerzo anuales a las poblaciones a las cuales las autoridades sanitarias consideren que se deben administrar dosis de refuerzo.
Sobre la composición de la vacuna y la necesidad de adaptarla, Elia Torroella comentó que “desde enero de 2022, como parte del proyecto Horizon 2021 de la Comisión Europea para la adaptación de vacunas a las nuevas variantes, estamos trabajando con diferentes prototipos de antígenos. Una de las ventajas de nuestra tecnología es que es muy versátil y esto nos permite ir probando prototipos de heterodímeros con diferentes composiciones: Delta-BA1, BA1-Delta, BA2-BA2, Delta (E484K)-BA4/5, BA4/5-Delta (E484) que vamos testando en animales. No descartamos que, a futuro, si aparecen nuevas variantes y fuera necesario adaptarla, tengamos que acabar adaptando nuestra vacuna, pero a fecha de hoy estamos tranquilos en relación a la composición de nuestra vacuna actual que ha demostrado buenos niveles de protección frente a las nuevas variantes que han ido apareciendo. En cualquier caso, estaremos preparados para reaccionar de forma relativamente rápida, (4-5 meses) si en el futuro fuese necesaria una adaptación”.
Por su parte, Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y salud pública de la Universidad Rey Juan Carlos destacó la importancia de tener disponible una vacuna más de cara a la prevención de esta enfermedad: “es vital para la lucha contra esta enfermedad”. Además, explicaba que se trata de “una vacuna de proteína recombinante” lo que esto conlleva que “vamos a ganar más seguridad porque disminuyen las reacciones adversas, requieren de una conversación sencilla que está entre 2 y 8ºC grados y por tanto permite una conservación en nevera como otras vacunas convencionales que tenemos ya en calendario. Esto facilita tenerlo en las neveras convencionales de los centros de salud y no requiere los controles de temperatura que tenemos con otras vacunas, además de que se puede distribuir más fácilmente a aquellos países con pocas infraestructuras”. Esto se suma al hecho de que la vacuna de HIPRA “no necesita reconstitución y por tanto su administración al paciente es muy fácil. Por lo tanto, podemos asegurar que con la vacuna de HIPRA se mejora y flexibiliza mucho el trabajo de Atención Primaria”.