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La pandemia ofrece fórmulas para agilizar la gestión de los futuros ensayos clínicos en oncología, han asegurado desde MEDSIR, compañía dedicada a la investigación clínica independiente en oncología.
La crisis sanitaria generada por la COVID-19 ha afectado a la práctica habitual en oncología debido a la profunda reorganización que ha sufrido la sanidad para atender a los enfermos y a las medidas adoptadas para frenar los nuevos casos.
Sin embargo, la investigación clínica en oncología no se ha detenido. La introducción de nuevas estrategias en la gestión remota de los ensayos y los cambios en los protocolos de atención al paciente han permitido mantener la investigación incluso en los momentos más críticos de la pandemia.
Junto a ello, el aumento en la alfabetización digital mediante el impulso de medidas como el seguimiento virtual de pacientes, o el uso de aplicaciones de alerta y notificación de síntomas, constituyen una oportunidad para revolucionar la forma en que el paciente se comunicará con el equipo sanitario y la manera en que se recopilarán datos de los participantes en los ensayos clínicos del futuro.
Más allá de la agilización del seguimiento de los pacientes participantes en estudios oncológicos, uno de los desafíos pendientes en investigación clínica es conseguir simplificar la burocracia asociada a su gestión. “Durante la crisis sanitaria las entidades regulatorias consensuaron agilizar los trámites para iniciar nuevos ensayos contra la COVID, para acelerar al máximo la investigación sobre posibles tratamientos en una situación de gran necesidad de datos clínicos. La demostración de que es posible agilizar los trámites para facilitar la investigación científica en enfermedades graves debería ser una lección para aplicar en el futuro de la investigación clínica en oncología, especialmente en estudios con pacientes que tengan grandes necesidades clínicas no cubiertas”, explica Roldán Cortés, director de Desarrollo de MEDSIR.
Como dato positivo adicional, la pandemia ha puesto de relieve la importancia de la investigación clínica entre el público en general. Además, las estrategias y medidas introducidas tienen el potencial de facilitar en un futuro cercano la participación de los pacientes en ensayos clínicos en oncología, lo que supondría una oportunidad para acelerar su acceso a los tratamientos más prometedores contra la enfermedad.