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Las empresas vascas Argi-Tech y Biotalde han unido fuerzas para crear un innovador tratamiento profesional del aire y de las superficies, a través de luz ultravioleta, que certifica al 99,99 % la eliminación del virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, además de eliminar otros muchos microorganismos.
Argi-Tech, como ingeniería especializada en iluminación, aporta su conocimiento de los rayos ultravioleta para crear el sistema de irradiación, mientras que el laboratorio Biotalde, especializado en riesgos microbiológicos, establece los puntos críticos y verifica, con sus análisis, la desinfección del espacio tratado. “La innovación en este caso es aplicar tecnologías que existen en el mercado al servicio de la desinfección, conjugando sectores diferentes para proponer un servicio específico, con un diseño profesional y pruebas de eficacia frente a los microorganismos”, afirma Nieves Zabala, directora de Biotalde.
La solución está concebida para zonas críticas de transmisión del virus, espacios cerrados con poca ventilación, flujo frecuente de personas y mucha interacción. Por lo tanto, su uso puede ir desde vestuarios o espacios industriales, hasta gimnasios, pasando por centros hospitalarios, clínicas, edificios públicos, etc.
El servicio consiste en definir el número de lámparas ultravioletas para el espacio a desinfectar, calcular la potencia y el tiempo de exposición necesarios para garantizar la desinfección, asegurar todos los factores de seguridad - el tratamiento no puede realizarse en presencia de personas-, y certificar la eficacia de todo el procedimiento. Las instalaciones pueden ser fijas o móviles según las condiciones de aplicación.
Su efectividad se basa en la utilización de la luz ultravioleta, de probadas propiedades germicidas, según verifica la Asociación Internacional Ultravioleta -IUVA-. En concreto, se usan los rayos UV-C, pues no todos los ultravioletas sirven para eliminar al virus, informan. Según la longitud de onda, se identifican tres rangos: los rayos UV-A (utilizados en los aparatos de bronceado), UV-B y UV-C. Los UV-C, son los de longitud de onda más corta, entre los 200 nm y los 280 nm, y tienen un fuerte efecto germicida que se extiende a bacterias, virus, esporas, hongos, mohos y ácaros, destruyendo el ADN y el ARN de los microbios impidiendo su crecimiento y multiplicación, añaden estas dos empresas.