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Con 20 años de recorrido y más de 1.000 empleados en todo el mundo, Galapagos inicia su andadura en España para ofrecer nuevas opciones de tratamiento a los pacientes españoles con necesidades médicas no cubiertas, en áreas terapéuticas como la inflamación y la fibrosis.
Galapagos ha ubicado en Madrid su sede española, sumándose así a los nueve países en los que la biotecnológica está ya presente. Con sede central en Bélgica, la compañía cuenta además con tres centros de investigación en Europa.
La I+D es el eje central de la compañía, de hecho, el 80 % de los empleados de Galapagos trabaja en este área. Desde 1999 la compañía ha invertido un 78 % de los gastos operacionales en I+D y ha sido capaz de sintetizar más de 40 moléculas preclínicas propias, candidatas al desarrollo clínico.
El objetivo de Galapagos es investigar para encontrar medicamentos con nuevos mecanismos de acción que traten la raíz de las enfermedades y no solamente los síntomas. Para ello, han desarrollado una plataforma de investigación propia que sitúa a la compañía a la vanguardia de la biotecnología.
“Nosotros trabajamos con muestras de células humanas de pacientes enfermos. Los genes de estas células pueden expresar de manera defectuosa una serie de proteínas que pueden provocar inflamación. A lo largo de estos años de investigación lo que hemos hecho ha sido desarrollar un catálogo de más de 6.000 adenovirus que introducimos en estas células humanas de pacientes enfermos con el fin de ‘silenciar’ determinados genes”, ha señalado Fernando Osorio, director médico de Galapagos España. De esta forma, continúa el director médico, “descubrimos aquellas proteínas que están jugando un papel clave en la causa de la enfermedad. A estas proteínas las llamamos dianas. A continuación, trabajamos para desarrollar pequeñas moléculas, es decir, potenciales medicamentos, que ralenticen o supriman las proteínas ‘diana’, con el objetivo de abordar directamente la raíz de la enfermedad y no sólo sus síntomas”.
La Plataforma de Descubrimiento de Dianas es lo que ha permitido a Galapagos desarrollar una molécula que ha recibido recientemente la aprobación de la Comisión Europea como una nueva opción terapéutica para los pacientes de artritis reumatoide, y que será comercializada en Europa por Galapagos en colaboración con su socio Gilead Sciences. “Ya estamos trabajando para que llegue pronto a los pacientes españoles”, afirma Carlos Hoyo, director general de la compañía. Se trata de un fármaco oral, de una toma diaria, y es un inhibidor preferente de JAK1, una vía de señalización celular. Los inhibidores JAK son pequeñas moléculas capaces de atravesar la membrana de las células e inhibir de forma más o menos específica diferentes vías de señalización, implicadas en enfermedades como la artritis reumatoide.
Para su implantación en nuestro país, Carlos Hoyo ha sido nombrado director general en España. Hoyo asume la dirección general de Galapagos después de haber sido jefe de Ventas y Marketing del Área de Inflamación, Respiratorio, Neurociencias y Enfermedades Raras en Roche, compañía farmacéutica en la que estuvo durante 13 años. Anteriormente desarrolló su carrera profesional en Pfizer y Janssen-Cilag. Licenciado en Química con la Especialidad de Bioquímica por la Universidad Complutense, Carlos Hoyo obtuvo un Executive MBA ESIC en 2012-2013.
Por su parte, Fernando Osorio ha sido nombrado director médico de la compañía. Osorio asumirá este cargo después de haber sido director médico en Biogen y responsable de Medical Affairs de Diabetes y Obesidad en Novo Nordisk. Anteriormente desarrolló su carrera profesional en Servier y MSD. Licenciado en Medicina, Cirugía Ortopédica y Traumatología por la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Osorio cuenta con un Máster IE Business School y el Máster ESADE Business & Law School.