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La Asociación Española de Bioempresas (Asebio) presentó el día 26 de junio en Madrid su Informe Anual 2018, en el que se analizan los principales indicadores de la biotecnología española, siendo un estudio de referencia del sector biotecnológico español, ya que la Asociación lo lleva realizando desde 1999.
Jordi Martí e Ion Arocena durante la presentación del Informe Asebio 2018
El ejercicio 2018 se ha caracterizado por una consolidación de resultados positivos de la inversión especializada, con un aumento, tanto en el número como en el volumen total de operaciones, de ampliaciones de capital privado. Tal es así que se han identificado 30 operaciones por un importe que supera los 98 millones de euros (1 % más que en 2017). Comparando estos datos con los años anteriores, estamos ante el tercer año consecutivo de crecimiento de la inversión en la industria biotecnológica.
Asimismo, destacan dos operaciones corporativas, sin precedentes en nuestro país, realizadas por empresas extranjeras y que han alcanzado los nueve dígitos. Se trata del caso de compra por Takeda de TiGenix por 520 millones de euros y el caso de Stat-Dx por Quiagen por 150 millones de euros.
Sin embargo, la inversión pública canalizada por CDTI a proyectos empresariales prácticamente mantiene el presupuesto de años anteriores, siendo en 2018 de 29,2 frente a 29,1 millones de euros en el 2017.
En palabras de Ion Arocena, director general de Asebio, “toca apostar por la capacidad innovadora de nuestro sector, por su alto impacto social y económico. Estamos convencidos de que si produjera una mejora de los incentivos en nuestro país a la I+D+i del sector público, se produciría todavía un mayor efecto incentivador de inversión hacia el sector privado”
Las empresas biotecnológicas siguen apostando fuertemente por la innovación, lo que las ha convertido en líderes en inversión en I+D, con un 4,3% con respecto a su producción. Este compromiso con la I+D ha permitido a las empresas biotecnológicas tener un impacto en la economía española de casi 7.000 millones de euros (0,7% del PIB) y casi 2.500 millones de euros para las arcas públicas.
Las empresas asociadas a Asebio han generado valor a través de casi 200 alianzas estratégicas en 2018 de las cuales la mitad son alianzas público-privadas.
Las colaboraciones con el entorno europeo representan el 27 % del total, sin embargo, la proyección internacional de las alianzas estratégicas se extiende a Estados Unidos (8%), Latinoamérica (3 %) y Asia (3 %). Casi la mitad de las colaboraciones tienen como objetivo el desarrollo de procesos de I+D, lo que convierte a las alianzas tecnológicas en una parte esencial de la creación de valor con el entorno del sector biotecnológico.
La internacionalización sigue siendo un aspecto imprescindible para el sector biotecnológico español y se consolida como la principal prioridad para los socios de Asebio.
En 2018, las entidades socias de Asebio lanzaron al mercado 86 nuevos productos y servicios en áreas como la medicina personalizada, seguridad alimentaria o bioproductos y biomedicamentos.
Además, durante 2018 se crearon 40 empresas biotecnológicas de las cuales 10 están en el País Vasco y nueve en Cataluña.
“Nuestra Asociación nació para impulsar el desarrollo del sector biotecnológico español. Veinte años después seguimos apostando por un sector tan transformador como el biotecnológico por su impacto en el bienestar de millones de personas y ayudar a resolver algunos de nuestros mayores desafíos sociales y generacionales”, destacaba Jordi Martí, presidente de Asebio, durante la presentación del Informe Asebio 2018.
A la fecha de cierre del Informe 2018, no se disponían de los datos definitivos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en la encuesta de uso de la Biotecnología. Sin embargo, tras su publicación el pasado 24 de junio, se conoce el dato de que en 2017 se registra un aumento del 10,3 % de la inversión en I+D en biotecnología en el sector empresas.
Además, destaca la alta participación de la mujer en la biotecnología, ya que el 57,7 % de los empleados en actividades de I+D son mujeres. Y si analizamos el personal investigador, estas suponen aún un mayor porcentaje, alcanzando el 56,7%, muy por encima de la media nacional.
