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Con motivo del día de la mujer, María José Cascajo, Supply Chain & Financial Director en HC Clover PS, analiza cuál es la situación de la mujer en el sector farmacéutico, un ejemplo a seguir para otras industrias.
Los mensajes que se transmiten durante el 8 de marzo y también durante las jornadas previas suponen las claves de un discurso que debería pronunciarse cada uno de los 364 días restantes. Y así, año tras año, se conseguirán asentar las bases de una igualdad laboral que permita acabar con todas las injusticias causadas por una cuestión de sexos.
Una búsqueda de igualdad que las mujeres de la industria farmacéutica han convertido en realidad ya que las cifras están protagonizadas por ellas. Se trata de una mayoría que encabeza las listas de contratación y el ritmo de crecimiento, además de aumentar su presencia en puestos de innovación y desarrollo. El sector farmacéutico debe ser el ejemplo a seguir por el resto de industrias. No son solo palabras, son hechos avalados por las cifras.
Que una mujer tenga exactamente las mismas oportunidades que un hombre forma parte de esa igualdad tan ansiada y que tarda en llegar más de lo deseado, de hecho, ya tendría que ser una realidad y no una aspiración. Un horario flexible a disposición de ambos sexos otorga la posibilidad de establecer una conciliación familiar y laboral a la que pueden optar los dos. De esta manera se rompe con los cánones del pasado que daban por sentado que las mujeres eran las que debían protagonizar la vida familiar mientras que la laboral era cuestión de hombres. Apostar por facilitar a los trabajadores flexibilidad ofreciendo contar con un horario que establezca un margen de una hora y media en cuanto al horario de entrada y salida es ya una realidad en algunas empresas del sector farmacéutico. De esta misma forma, también hemos luchado para romper con la brecha salarial que copa numerosos sectores del panorama nacional. Es importante que todo el personal cobre el mismo sueldo y que este tan solo dependa de las capacidades profesionales de cada uno de los trabajadores, sin importar el sexo.
Y es que una empresa cuyos directivos son el 50% hombres y el 50% mujeres representa un alto grado de paridad que debe transmitirlo así a sus trabajadores siendo un ejemplo a seguir. El 38% de las 66 mujeres que trabajan en la compañía son madres y esto es una clara muestra de que trabajamos en un entorno en el que no supone ningún problema quedarse embarazada. Parece algo obvio, pero no lo es tanto en otras empresas donde hay consecuencias a raíz de un proceso tan natural. Y esto debería cambiar porque forma parte de la libertad de la mujer.
El 8 de marzo representa una lucha continua que deben pelear las mujeres, pero también los hombres; es una batalla que engloba a toda la sociedad y que busca la igualdad sin condiciones entre ambos sexos. Nada más obvio que conseguir un sueldo que sea igual tanto para hombres como para mujeres teniendo en cuenta exclusivamente la formación de cada uno. Tener las mismas oportunidades para poder ascender dentro de una misma empresa y optar, así, a puestos de mayor responsabilidad solo por la valía profesional del trabajador sin tener en cuenta otros factores.
El sector farmacéutico resulta ser un ejemplo a seguir por las cifras igualitarias que acumula y para que otras industrias sigan nuestro ejemplo resulta necesario continuar implantando medidas y políticas que favorezcan el desarrollo profesional de ambos sexos sin distinciones, mejorando, así, la situación que atraviesan las mujeres hasta conseguir alcanzar una igualdad total.