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El sector farmacéutico innovador vive actualmente una profunda revolución que transformará la práctica clínica y el abordaje de las enfermedades, dando paso a una nueva era caracterizada por la llamada medicina de precisión, que ha empezado a dar sus primeros pasos de la mano de las nuevas terapias génicas y celulares.
En este escenario, las fórmulas de colaboración público-privada en materia de I+D y la cooperación entre compañías farmacéuticas con intereses comunes serán claves para garantizar el desarrollo de las nuevas terapias a partir del avance de la genómica y la proteómica funcional.
Así lo pusieron de manifiesto el viernes 14 de septiembre los responsables de varias compañías farmacéuticas en el marco del “XVIII Encuentro de la Industria Farmacéutica Española”, que se celebró en Santander bajo el título “25 años de mercado único farmacéutico: 25 años de progreso científico, terapéutico y económico”.
Las perspectivas son favorables en España, un país que cuenta ya con múltiples centros de investigación básica y se ha convertido en “una potencia mundial de primer orden en el ámbito de la investigación clínica”, donde “miles de pacientes se benefician de participar en ensayos clínicos”, tal como indicó el presidente en España de la compañía Janssen, Martín Sellés.
Es necesario seguir fomentado la colaboración público-privada y la cooperación entre compañías con intereses comunes para afrontar el futuro con garantías de éxito, sobre todo para desarrollar las nuevas “intervenciones terapéuticas” que combinan la inmunoterapia con la terapia celular y la terapia génica.
Al mismo tiempo, no se puede olvidar que la I+D biomédica sólo se puede entender hoy desde una perspectiva internacional y bajo un modelo de innovación en abierto en clave europea. En este sentido, Cristina Henríquez de Luna, presidenta y consejera delegada de GlaxoSmithKline (GSK) España, puso el acento en la importancia de gestionar de forma adecuada, en el ámbito de la industria farmacéutica, el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, conocido como Brexit.
A su juicio, este es el mayor reto que afrontan en la actualidad las compañías farmacéuticas presentes en Europa (Reino Unido exporta el 48% de su producción en medicamentos a la UE e importa de esta el 73%), y en este escenario se hace necesario “que Reino Unido y la Unión lleguen a un acuerdo antes de marzo de 2019 en el que se incluyan soluciones específicas que protejan a los pacientes y aseguren la estabilidad del sector”. Una de las prioridades, en este escenario, es asegurar el suministro global de medicamentos a los pacientes, algo para lo que GSK ya está desarrollando planes de contingencia.
En representación de las compañías con matriz española, el consejero delegado de Reig Jofré, Ignasi Biosca, consideró que "después de muchos años de centrar todos los esfuerzos en políticas de precios y costes”, ha llegado el momento de que la Administración española apueste por el desarrollo de una industria farmacéutica “sólida en el mercado interno, pero sobre todo en los mercados internacionales”.
“Constituimos una industria con capacidad de comprometerse en inversiones para favorecer el tejido industrial del país, las colaboraciones en investigación y el desarrollo sin olvidar la innovación aplicada; una industria comprometida con la creación de empleo cualificado y el aumento de las exportaciones de productos farmacéuticos y, en definitiva, comprometida con el crecimiento del PIB nacional", destacó.