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La compañía farmacéutica Uriach ha iniciado la comercialización en Japón de su producto estrella, Rupatadina, bajo la marca Rupafin y en comprimidos de 10 mg.
Lo ha hecho después de obtener la autorización de la Agencia del Medicamento Japonesa (PMDA) el pasado mes de septiembre, que le otorga ocho años de exclusividad en el mercado, y una vez negociado el precio con las autoridades japonesas. Este antihistamínico de última generación, investigado y desarrollado por Uriach está indicado para la rinitis alérgica, la urticaria y el prurito asociado a las enfermedades de la piel.
Todos los comprimidos de Rupafin que se comercializarán en Japón se fabricarán íntegramente en las instalaciones de Uriach en Palau Solità i Plegamans, y también en su planta química, ubicada en Sant Fost de Campsentelles, lo que ha supuesto una inversión de cuatro millones de euros para ampliar la capacidad productiva. De hecho, solo con el lanzamiento del antihistamínico en el país nipón se ha doblado la previsión de producción.
El proyecto de comercialización de Rupatadina en Japón se inició en el 2014 con la firma de un acuerdo de licencia entre Uriach y la compañía Teikoku Seiyaku, Co. Ltd., una empresa japonesa nacida en 1848 con presencia en diferentes mercados. Esta alianza estableció diferentes fases de desarrollo, abarcando desde la fase clínica, la preparación y presentación del dosier de registro, la aprobación y la comercialización. Dos años después, en 2016 se firmó otro acuerdo de comercialización con el socio de Teikoku Seiyaku, Mitsubishi Tanabe Pharma, quinta empresa farmacéutica del ranquin japonés con más de 8.500 empleados, entre los que se cuenta una red de visita médica de más de 1.300 representantes.
El mercado japonés de prescripción de antihistamínicos es, con una marcada diferencia, el más grande a nivel mundial con ventas de alrededor de 1.200 millones de euros, que representan un 26 % de las ventas mundiales. Este hecho se debe en parte a la alta prevalencia de la rinitis alérgica que padece un 40 % de la población, en un 60 % debida a la polinosis por el cedro.