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El Centro Tecnológico AINIA ha desarrollado procesos avanzados de microencapsulación para obtener a escala industrial nuevos alimentos y bebidas, fármacos y cosméticos, con propiedades y funcionalidades avanzadas y saludables. En el marco del proyecto AMICES, AINIA ha investigado los requisitos necesarios (equipamiento, materiales y condiciones) para poder adaptar la microencapsulación a los procesos industriales, así como abaratar los costes de esta tecnología para las empresas.
La demanda constante de nuevos productos, junto con una tendencia por un estilo de vida saludable, hace necesaria la producción de alimentos enriquecidos o funcionales, cosméticos más eficaces, así como fármacos con ingredientes más seguros o de liberación selectiva. En muchos casos, estos productos se obtienen potenciando o incorporando sustancias mediante técnicas de microencapsulación. Sin embargo, este proceso resulta en ocasiones costoso para las empresas y puede alterar y mermar la función de esas sustancias. Para evitarlo, AINIA está trabajando en este proyecto de I+D propia en el que participan empresas como EPSA, Instalaciones Grau, Korott y Sesderma, que contribuirán a ajustar las necesidades y exigencias del mercado a las múltiples aplicaciones de esta avanzada tecnología. Con este método será más accesible producir industrialmente, por ejemplo, recubrimientos lipídicos para la liberación de productos en el horneado, proteger de la acción de los ácidos del estómago a determinados microorganismos beneficiosos, para que puedan ser absorbidos por el intestino, o disminuir el olor desagradable de algunos compuestos, como Omega3, presentes en nuevos productos.
La microencapsulación es un procedimiento mediante el cual una sustancia o principio activo se envuelve con un material de cobertura para dar lugar a microcápsulas o micropartículas con múltiples propiedades. Es una tecnología eficaz de gran utilidad para generar nuevos alimentos y bebidas, medicamentos o cosméticos con propiedades más eficaces y avanzadas.
En alimentación se utiliza, por ejemplo, para enriquecer barritas dietéticas o leches infantiles con vitaminas o probióticos. Las aplicaciones en el sector farmacéutico van desde la liberación prolongada o sostenida de un determinado principio activo de manera que, no sea sólo eficaz en el momento de la dosificación, sino que se prolongue su efecto en el tiempo; proteger principios activos de la acción de los ácidos del estómago o la posibilidad de incorporar sustancias cuyo sabor u olor puede generar cierto rechazo. Asimismo, en el sector cosmético esta tecnología ha permitido desarrollar productos con nuevas propiedades, mucho más eficaces en el cuidado facial o corporal. Se emplea para salvaguardar la eficacia de principios activos sensibles y dirigirlos a una zona determinada, como es el caso de cremas faciales enriquecidas con vitaminas, o pastas dentífricas con mayores dosis de flúor de las habituales.
El proyecto AMICES se enmarca en la línea de I+D propia de AINIA y está cofinanciado por IVACE y Fondos Feder, dentro del programa de ayudas a la I+D de institutos tecnológicos de la Comunitat Valenciana en colaboración con empresas.