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La ética en la investigación pública y privada, así como la necesidad de detectar y evitar conflictos de intereses y malas conductas científicas, han centrado el encuentro “Buenas prácticas en investigación”, celebrado el 3 de noviembre en la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y organizado por esta institución y la Fundación de Ciencias de la Salud. Entre las conclusiones del debate destacan la necesidad de fomentar la autorregulación y el autocontrol en la investigación.
La Jornada estuvo presentada por Ángel Caballero, vicepresidente adjunto de Transferencia de Conocimiento del CSIC, y José M. Mato, patrono de la Fundación de Ciencias de la Salud y director general de CIC bioGUNE y CIC biomaGUNE del País Vasco.
Concepción Martín Arribas, vocal y secretaria del Comité de Ética de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III, centró su intervención en los conflictos de intereses, mala conducta científica y cuestiones éticas. Abogó por implementar “medidas dirigidas a mejorar en integridad científica”.
María Luisa Salas, directora del departamento de Ética en Investigación y secretaria del Comité de Ética del CSIC señaló que es necesario “regularlas, sistematizarlas en códigos, instrumentos de autorregulación y autocontrol complementarios a la normativa vigente, que preconizan la conducta responsable en investigación”.
José Miguel Coterón, Chief Scientist del Quality Team del centro de investigación de GSK DDW (“Diseases of the Developing World”), de Tres Cantos, indicó que entre los principios incluidos en el “Código de Conducta” científico de su compañía, está la transparencia, que incluye el compromiso de “hacer públicos los resultados de todas nuestras investigaciones en el DDW, con independencia de los resultados”.
En cuanto a los límites éticos que deben regir la práctica científica, el código de conducta de GSK, al que se refirió Coterón, propugna que “la seguridad de los pacientes es siempre nuestra máxima prioridad”. Para Martín Arribas, estos límites son imprescindibles porque “las consecuencias de realizar una investigación fraudulenta son muy graves”. Para María Luisa Salas: “solo la búsqueda de la verdad permitirá una mejor compresión de la realidad y el avance en el conocimiento en beneficio de la humanidad”.