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Intel Security ha publicado su informe McAfee Labs Health Warning, que analiza el mercado de datos médicos robados; lo compara con el mercado de datos financieros robados; identifica las tendencias del cibercrimen en el ámbito de la salud; así como los perfiles centrados en delitos informáticos de propiedad intelectual en las industrias farmacéuticas y biotecnológicas.
La investigación de Intel Security concluye que el desarrollo del mercado de datos robados indica que el “negocio del cibercrimen” en el sector de la salud sigue creciendo.
En los últimos años, Intel Security ha observado que la comunidad cibercriminal ha extendido sus esfuerzos de robo de datos más allá de los datos de cuentas financieras a los registros médicos. Los números de tarjetas de crédito y débito pueden ser cancelados y sustituidos de forma rápida, pero este no es el caso de la información de salud protegida (PHI), que no puede ser modificada o sustituida. Esta información no perecedera puede incluir información familiar, números de la seguridad social, historial de direcciones del paciente y otra información relacionada con su historial clínico. A pesar de que esta dinámica parece indicar que el precio del registro médico robado va a incrementar su valor o, incluso, eclipsar el robo de datos bancarios y financieros, la investigación de Intel Security no refleja tal tendencia.
Este estudio ha detectado que el precio medio del expediente médico es mayor que el de la información básica personal, pero inferior al precio de los datos financieros. El valor medio de los datos de las cuentas financieras va desde $14,00 a $25,00 por expediente, los robos de datos de crédito y débito rondan entre $4,00 y $5,00, pero los datos médicos sólo valen entre $0,03 y $2,42. Esto indica claramente que sigue siendo más fácil obtener beneficios económicos de los datos de cuentas financieras que de datos médicos personales.
La investigación de Intel Security también se ha focalizado en las empresas biotecnológicas y farmacéuticas, en lo referente a su propiedad intelectual y la información comercial confidencial. Los investigadores sugieren que el valor económico de dicha información es considerablemente más alto que los datos del historial médico de los pacientes.
Las compañías biofarmacéuticas, sus socios, e incluso reguladores del gobierno, que están involucrados en comercializar nuevos medicamentos, se han convertido en un objetivo de alta calidad para los cibercriminales.
"El espionaje corporativo ha pasado a ser digital, al igual que muchos otros aspectos de nuestro mundo”, afirma Raj Samani, CTO de Intel Security para Europa, Oriente Medio y África. "Cuando se tiene en cuenta que la investigación y el desarrollo es un gasto tremendo para estas industrias, no debería sorprender que los ciberdelincuentes se sientan atraídos por el retorno de la inversión de esta categoría de robo de datos de la salud", concluye Samani.