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Madrid ha acogido durante los días 24 y 25 de marzo la VIII Conferencia Anual de las Plataformas Tecnológicas de Investigación Biomédica: Medicamentos Innovadores, Nanomedicina, Tecnología Sanitaria y Mercados Biotecnológicos. Estas jornadas, que reúnen cada año a casi 300 científicos e investigadores especializados en biomedicina, se han convertido en un referente y sirven para dar a conocer las últimas iniciativas, nacionales e internacionales, de colaboración público-privada promovidas por las diversas Plataformas de Investigación Biomédica.
Entre los nuevos retos que se han planteado en esta edición destacan: la reutilización de datos para la investigación biomédica, el rol de los pacientes en la investigación clínica, así como los avances en este tipo de colaboraciones a través de nuevas iniciativas como las Comunidades en Salud bajo RIS3 que se pondrán en marcha en diferentes regiones en los próximos meses.
En el acto de inauguración, Humberto Arnés, Director General de Farmaindustria, resaltó que el 41% de las inversiones de la industria farmacéutica en I+D (377 millones de euros) en 2013 se dedicó a contratos con el sistema público de investigación, generando un enriquecedor flujo de conocimientos que beneficia a ambas partes, además de una importante fuente de recursos para estos centros.
En opinión de Jorge Barrero, adjunto a la presidencia de ASEBIO y miembro del equipo gestor de la Plataforma de Mercados Biotecnológicos, “en los últimos años España ha demostrado que tiene sobradas capacidades públicas y privadas para formar parte del selecto grupo de economías capaces de liderar el desarrollo de los medicamentos del futuro. Esto va más allá del acceso del paciente a la innovación farmacéutica que puede darse o se da, de hecho, en economías ricas sin ningún interés ni capacidad para desarrollar medicamentos. Lo que es imposible es desarrollar una industria innovadora si no se reconoce y respeta la innovación en todas las políticas (industriales, fiscales y, por supuesto, farmacéuticas) más allá de las que promocionan directamente la I+D, que son necesarias pero no suficientes.”
Margarita Alfonsel, secretaria general de Fenin, puso énfasis en el impulso a la innovación y transferencia tecnológica: “Estos programas fomentan no solo el desarrollo científico y tecnológico, sino también el espíritu empresarial proyectando una marca España renovada, actuando como vectores para generar y acumular más conocimiento y capital tecnológico a la economía”.
Durante la jornada se han abordado los KIC (Knowledge and Innovation Community), consorcios público-privados integrados por centros de investigación, empresas y centros de educación superior europeos que trabajan conjuntamente para desarrollar proyectos innovadores. Los KIC son el instrumento del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT) para transformar las ideas y el conocimiento en forma de nuevos productos y servicioscon impacto económico y en la sociedad.
Otro de los temas abordados en este encuentro ha sido la iniciativa llevada a cabo por la Comisión Europea en materia de tecnología sanitaria. Es el caso del Proyecto ITECH, que tiene como objetivo definir un plan de estrategia en Tecnologías de la Salud para contribuir al Marco Estratégico Común de la UE Horizonte 2020 para la Investigación y la Innovación. Según los últimos datos disponibles, uno de los retos pendientes de nuestro país es aprovechar las nuevas fuentes de financiación que potencian la transferencia tecnológica y la industria y orientarlas a las fases de desarrollo real de producto y no sólo a las iniciales.
Según explicó Ángel Lanuza, coordinador de la Plataforma Española de Innovación en Tecnología Sanitaria, “ITECH es una oportunidad para identificar las brechas y barreras que existen actualmente en Europa en todas las etapas que hay en el proceso que va ‘de la idea al mercado’, es decir, desde que se tiene una idea hasta que se comercializa y de este modo proponer una estrategia para acelerar y apoyar este proceso”.
Según afirma NanoMedSpain, Plataforma Española de Nanomedicina, España es, después de USA y China, el país con más producción científica en nanomedicina, y Barcelona ocupa el cuarto lugar de las ciudades mundiales, detrás de Shanghai, Boston y Houston.
La relevancia de la nanomedicina ha hecho que la OCDE impulse un grupo de trabajo desde enero de 2015 sobre las aplicaciones de la nanotecnología, la biotecnología y las tecnologías convergentes en salud, en el que España está representada por el Dr. Josep Samitier, coordinador de la Plataforma Española de Nanomedicina y director del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC).