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Impulsado por la Comisión Europea dentro del VII Programa Marco, y en el que participa Gaiker-IK4, ha nacido el proyecto Superflex, cuyo objetivo es acercar la cosmética personalizada a la población mayor de 60 años, reduciendo los costes, el impacto ambiental y el tiempo de comercialización que esto conlleva.
Inicialmente, se generará un método de diagnóstico específico que permita evaluar con rapidez el tipo de piel del potencial cliente, incluyendo a pacientes afectados de rosácea y diabetes mellitus tipo 2. Para elaborar la metodología que permita determinar los diferentes tipos de piel se parte de un estudio que se realizará con 80 personas; los responsables de las tareas dermatológicas del proyecto establecerán los perfiles bioquímicos y físicos de los diferentes tipos de piel.
La investigación plantea, a continuación, diseñar y construir una mini fábrica capaz de producir cosméticos personalizados de forma competitiva y sostenible, mediante un sistema de fabricación de bajo coste y bajo consumo de energía, teniendo en cuenta todo el ciclo de producción, incluyendo envases sostenibles con recubrimientos respetuosos con el medio ambiente, evitando, por ejemplo, los Compuestos Volátiles Orgánicos.
A partir de los datos de diagnóstico, se configura de manera automática la formulación cosmética para el individuo. Los cosméticos, que se fabricarán en el seno de esta nueva instalación, contendrán diferentes principios activos (por ejemplo, vitamina C, ácido hialurónico, sales del mar muerto, etc.) y su presencia en la composición final del producto dependerá de lo que el diagnóstico haya establecido en cada caso.
Por último, el proyecto podrá en marcha un modelo de negocio integral que, haciendo uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), permita generar un sistema de información con todos los datos relativos a cada cliente/consumidor y un sistema de etiquetado personalizado para cada producto fabricado.
Financiado por la Comisión Europea con 6,2 millones de euros, y con un presupuesto total próximo a los 9,4 millones, en el proyecto SuperFlex participan un total de 13 empresas y centros de investigación procedentes de cinco países diferentes. Liderado por la la multinacional cosmética israelí Ahava, Dead Sea Laboratories, SuperFlex se prolongará hasta agosto de 2017.