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Hay gran número de fármacos que requieren que se controle la temperatura de conservación y transporte en el margen de los 2 a los 8°C, o de los 15 a los 25°C, desde su salida de los laboratorios hasta su uso. Entre ellos se encuentran la mayoría de las vacunas, pues es imprescindible que no se rompa la cadena del frío, al poner en peligro a los pacientes que los usen, aseguran desde STX Medical, empresa experta en transporte y logística farmacéutica y hospitalaria.
Con neveras específicas para la conservación de vacunas, que mantienen la temperatura homogénea en todos sus estantes, neveras portátiles o bolsas isotérmicas, con sus acumuladores de frío, y con un registro continuo de temperatura, controlando que dicha temperatura se sitúe siempre en los rangos exigidos por el cliente, STX Medical garantiza el desarrollo de la cadena de frío, manteniendo la temperatura durante todo el proceso.
Asimismo, la flota de vehículos está provista en su interior de separadores de temperatura para adaptarse a las necesidades de los productos que transporta, lo que permite a esta compañía ofrecer servicios tanto de frío (+ 2º - + 8º C) como de ambiente (+15º - +25ºC). El control permanente de temperatura se realiza por medio de termómetros, que son periódicamente leídos por distintos sistemas informáticos, garantizándonos la trazabilidad y poder visualizar las temperaturas a las que se ha movido el producto.
Una conservación inadecuada puede reducir la inmunogenicidad de las vacunas o llegar a inactivarlas totalmente y, por consiguiente, puede dejar a los individuos vacunados como susceptibles a padecer la enfermedad. Por esta razón, la adecuada conservación de las vacunas es de vital importancia.