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Con el objetivo de ofrecer información actualizada de los aspectos más relevantes de la vitamina D, la Comisión de Nutrición y Vitaminas y la Comisión de Hormonas de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC) ha realizado la monografía “Vitamina D: una perspectiva actual”, en la que se abordan tanto los aspectos bioquímicos, fisiológicos, analíticos, clínicos y nutricionales como epidemiológicos.
Tal y como explican los directores de esta obra, los doctores Cristina Córdoba Chicote y Fernando Granado Lorencio, su lectura permite conocer los cambios más destacados de los últimos años en cuanto al mecanismo de acción, los efectos biológicos y su papel en el estado de salud, los requerimientos de ingesta y los métodos de análisis, poniendo especial atención a los aspectos más controvertidos, como cuáles son los niveles en sangre que se asocian a déficit y cuáles son los óptimos y deseables, los efectos a largo plazo de concentraciones altas y la necesidad de suplementación.
En el laboratorio clínico, ante el creciente interés por esta vitamina y sus implicaciones clínicas, se ha producido un importante aumento de la demanda de esta prueba, así como de los costes asociados.
Paralelamente, en respuesta al aumento del número de pruebas, han aparecido en el mercado nuevos inmunoensayos automatizados y "kits" para cromatografía líquida. En este sentido, diferentes estudios concluyen que los resultados entre distintos métodos de medida no son intercambiables, lo que, unido a la falta de consenso acerca del nivel óptimo y del nivel de toxicidad de la vitamina D, ha originado un intenso debate entre los profesionales de laboratorio sobre los diferentes ensayos, la interpretación de los resultados y la adecuación de la demanda.
Al respecto, los directores de la monografía apuntan a la gran variabilidad analítica como el principal problema en el campo del laboratorio clínico. “Existe variabilidad tanto entre los métodos de medición como entre los niveles considerados como deficientes, de tal modo que un mismo paciente puede ser clasificado como suficiente en un laboratorio pero deficiente en otro, por lo que la exactitud de la medida es cuestionable y, por tanto, su aplicación a la clasificación de pacientes, lo que puede comprometer la toma de decisiones”.