Método basado en el riesgo para el mantenimiento de equipos de acero inoxidable
El acero inoxidable (AI) suele ser el sustrato preferido para aplicaciones regidas por prácticas correctas de fabricación (PCF) y constituye la mayoría de las zonas superficiales de contacto de los productos. En especial, las series del AI austenítico (por ejemplo, 304L y 316L) se han utilizado mucho en aplicaciones farmacéuticas por su gran resistencia a las manchas y la corrosión, y por su asequibilidad. Aunque se denomine inoxidable, en realidad es resistente a la oxidación. Esta propiedad procede de su capacidad para formar en la superficie, de manera natural, una capa pasiva rica en óxido.
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