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La excelencia se logra a través de la mejora continua, y la metodología más utilizada para la mejora continua es Lean Six Sigma. Este artículo tiene como objetivo evaluar si las herramientas que componen Lean Six Sigma se pueden aplicar en una planta piloto universitaria.
La excelencia se define como la calidad de ser excepcional, mucho mejor que la media. En la industria farmacéutica esto abarca la eficiencia, productividad y confiabilidad al realizar variaciones y costes mínimos. Esto se logra a través de la mejora continua, lo que implica una mejora constante de los procesos con el objetivo de mejorar tanto la productividad como la calidad, al tiempo que se reducen los costes, entre otros beneficios. Actualmente, la calidad se busca a través del concepto de Gestión de la Calidad Total que se centra en la prevención de defectos en lugar de su detección [1].