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Revisión, a partir del siglo XIII, del origen y el posterior desarrollo de la salud pública en la ciudad de Barcelona, analizando las principales líneas de actuación. En este contexto también veremos las aportaciones del boticario.
El origen de la salud pública transcurre con el devenir de las ciudades, cuando en el siglo XIII empezaron a consolidarse los núcleos urbanos. El máximo órgano de gobierno de las ciudades fue el Consejo General (llamado Consell de Cent en la ciudad de Barcelona), formado por un número reducido de consejeros (cargo que se renovaba anualmente) y por un amplio número de prohombres o jurados, dónde los gremios aportaban sus representantes, entre los cuales estaban representados los boticarios como integrantes del gremio de candeleros, tenderos y especieros. El Consell de Cent se reunía periódicamente, tomaba decisiones y dictaba normas (llamadas ordinaciones). Los cargos técnicos (como el almotacén o el maestro de las fuentes que veremos más adelante) eran los responsables de desempeñar las órdenes del Consell de Cent o de los consejeros [1].
