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La formación virtual es peor que la presencial. La formación online es aburrida. La experiencia no es equiparable a la de la formación presencial. El nivel de interacción es mucho menor. La pantalla es una barrera imposible de romper…
Estas y otras muchas son las creencias limitantes que pesan en torno a la formación virtual y que vamos a intentar romper en este artículo. Aun así, no hay recompensa sin esfuerzo. Debemos invertir en formar a los formadores en tres campos: metodología, habilidades y herramientas digitales. Así romperemos los mitos erróneos y nos permitiremos explorar un camino lleno de oportunidades.
