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Modelar un proceso, es decir obtener ecuaciones que describen con aproximación conocida las “leyes naturales que lo rigen”, sirve para mucho más que aplicar Quality by Design. El valioso conocimiento obtenido durante el desarrollo puede extenderse a usos como la optimización del proceso en su sentido más amplio (calidad, ahorro energético, menor tiempo, respeto con el medio ambiente, entre otros) o incluso para aplicar un nuevo concepto aun no suficientemente explotado: la verificación del diseño del proceso. Este artículo trata precisamente el segundo concepto, conservando el de la optimización para una posterior publicación.
Verificación del diseño del proceso
Al modernizar el concepto de validación, dejando atrás los estudios retrospectivos y planteando una cualificación previa antes de la ejecución de la validación formal propiamente dicha, se abren escenarios no planteados hasta ahora. Principalmente ¿cómo verificar que diseñamos adecuadamente el proceso antes de ir a su validación?