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La piel la es una diana ideal para la administración de medicamentos; sin embargo, la administración dérmica y transdérmica de preparaciones semisólidas presenta limitaciones. Mejorar la permeación de los medicamentos destinados a la aplicación tópica se ha convertido en un desafío. En este artículo se explica cómo el desarrollo de las nanoemulsiones ha proporcionado una mejora en la absorción tópica de los fármacos existentes.
La piel es el órgano de mayor extensión en el cuerpo humano. Proporciona una barrera efectiva que protege al cuerpo de la penetración de moléculas y microorganismos presentes en el medio externo, y contribuye a mantener la homeostasis, evitando la pérdida excesiva de agua [1]. La piel está compuesta por dos capas: la epidermis y la dermis, y estas descansan sobre un estrato subcutáneo graso llamado hipodermis.