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Hace unos meses que Beatriz González-Gil relevó a Rafael Matesanz en el cargo de directora general de la Organización Nacional de Trasplantes, entidad en la que empezó a trabajar en noviembre de 2006. Anteriormente trabajó como nefróloga en el Hospital 12 de octubre de Madrid. Como comenta en esta entrevista, aunque su trabajo dentro de la ONT no ha cambiado sustancialmente, sí lo ha hecho su responsabilidad.
Domínguez-Gil es licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca y doctora en Medicina Interna por la Universidad Complutense de Madrid.
Desde hace algo más de 10 años ha trabajado como médico adjunto de la Organización Nacional de Trasplantes ¿Cómo ha cambiado su trabajo y responsabilidades desde que ha sido nombrada directora de la organización?
He sido médico de la ONT durante algo más de 10 años y mi actividad durante todo este tiempo ha estado centrada en temas de cooperación internacional y en algunos otros proyectos, como el de fomentar la donación de órganos en España. Este trabajo me ha ofrecido una visión muy global, tanto a nivel nacional como internacional, del sistema de trabajo de la ONT, por lo que considero que mi misión no ha cambiado sustancialmente, pero sí veo el trabajo desde otro ángulo, ya que ahora soy la máxima responsable de la entidad y, como tal, tengo que determinar las líneas de ejecución dentro de la organización. Digamos que mi misión no ha cambiado, pero mi nivel de responsabilidad ha aumentado de forma sustancial.
¿Cómo ha conseguido la Organización Nacional de Trasplantes que nuestro país sea líder mundial en donación y trasplante de órganos?
Es importante recordar que partíamos de una base excelente, que no tienen muchos países del mundo, y que es un sistema sanitario extraordinario con un acceso universal y público a la sanidad; contábamos también con una legislación formidable en materia de trasplantes que data de 1979. Por otra parte, también hay que tener en cuenta una situación política complicada: la transferencia de competencias de las comunidades autónomas, que al mismo tiempo nos ofrecía un sustrato muy bueno para trabajar aplicando las líneas maestras utilizadas a nivel nacional.
Básicamente el modelo español de trasplantes es de gestión y organización con los profesionales adecuados, con formación continuada y una evaluación de sus resultados óptima. Se han nombrado coordinadores de trasplantes en todos los hospitales donde la donación es posible, apoyando la formación de los mismos, dándoles guías y pautas de actuación continuamente, abriendo nuevos programas y evaluando resultados a través de lo que llamamos un programa de garantía de calidad en el proceso de donación.
También ha sido importante la formación continuada de todos los profesionales que participan en el proceso de donación, de hecho gran parte del presupuesto de la ONT se dedica íntegramente a ello.
Y, por último, la política de comunicación con los medios entendida como la forma más eficaz y de mayor impacto para llegar a la ciudadanía y transmitir así la importancia de la donación de órganos.
¿Qué objetivos se plantea para la Organización Nacional de Trasplantes a corto y largo plazo?
A corto plazo, mantener la actividad de donación y trasplante, e incluso superar los 5.000 trasplantes en nuestro país, y, sobre todo, consolidar las áreas que nos han permitido crecer en los últimos años y que son fundamentalmente dos: la colaboración con servicios de urgencia y con otras áreas que nos permiten identificar oportunidades de donación; y la donación procedente de personas que mueren de una parada cardiorrespiratoria, que es la forma más frecuente en la que el ser humano fallece, lo que consideramos una vía de expansión y de consolidación a corto plazo.
A medio plazo, valorar la calidad y los resultados post-trasplante y determinar cómo podemos mejorar esos resultados. Por otra parte, queremos adentrarnos en la terapia celular para conseguir mayor eficacia y sostenibilidad en el sistema nacional de salud.
También ha sido copresidenta del Grupo custodio de la Declaración de Estambul ¿Qué tareas desempeña esta organización internacional?
Cuando me nombraron directora general de la ONT renuncié a la copresidencia de este Grupo, aunque me mantengo como parte del Comité Ejecutivo y, como tal, soy un miembro activo.
La Declaración de Estambul es un documento que se firmó en Estambul en el año 2008, y que dicta lo que los organismos han de hacer para combatir el tráfico de órganos y el turismo de trasplantes. Cuando constituimos el documento no queríamos que se quedara solo en eso, en un documento, queríamos que consiguiera mantener un espíritu de combate ante prácticas ilícitas, y por eso se creó un grupo de profesionales con distintas responsabilidades para combatir prácticas éticamente inaceptables, de forma que cada vez que hay alguna sospecha, en cualquier país, de alguna actuación definida como tráfico de órganos y turismo de trasplante, nos movilizamos con el objetivo de ponerle fin y desmantelar estas redes en colaboración con las fuerzas de seguridad de los países implicados, como por ejemplo ocurrió en el desmantelamiento de una red de este tipo en Egipto, en diciembre de 2016.
Por otro lado, este Grupo emite guías y recomendaciones sobre cómo actuar y reaccionar ante situaciones diversas, por ejemplo, recientemente, hemos emitido unas recomendaciones de cómo actuar cuando un paciente recibe un trasplante en una situación ilícita por parte de los profesionales o de los gobiernos.
Coincidiendo con su nombramiento como directora de la ONT, la organización ha obtenido el rango de Dirección General dentro del Ministerio de Sanidad ¿qué significa esto exactamente y qué ventajas va a suponer para la entidad?
Por una parte creemos que es un reconocimiento a la labor de la ONT por parte del Ministerio, y, por otra, supone tener un mayor rango que nos va a posibilitar, a corto y medio plazo, aumentar nuestras actividades y nuestro potencial, así como, consolidar nuestras áreas de trabajo; es decir, creemos que las oportunidades que nos va a brindar ser una Dirección General van a facilitar nuestra actividad.
¿El hecho de que sus padres sean farmacéuticos ha influido de alguna forma en su vocación por el sector sanitario?
El entorno de mi familia siempre ha estado vinculado al sector sanitario. Mis padres son farmacéuticos, uno de mis abuelos era médico, mi bisabuelo también, y, desde que tengo uso de razón, siempre he dicho que quería ser médico. No tengo muy claro porqué elegí la carrera de medicina y no la de farmacia, pero evidentemente el entorno familiar ha sido muy favorable a que me desarrollara profesionalmente en el ámbito sanitario.
El lector potencial de Pharmatech es el farmacéutico que trabaja en la industria ¿Qué relación mantiene la Organización Nacional de Trasplantes con la industria farmacéutica?
En términos generales, nos mantenemos absolutamente independientes de las acciones llevadas a cabo por la industria farmacéutica. Esta industria tiene una larga trayectoria en el éxito de los trasplantes, por lo que si en algún momento se nos ha pedido colaboración, sobre todo para participar en foros de formación profesional, siempre lo hemos hecho, pero con una actitud imparcial, puesto que creemos que debemos mantenernos ajenos a cualquier tipo de conflicto, lo que no significa que no recibamos información continua de los avances que logra la industria farmacéutica.
¿Qué le gustaría conseguir como directora de la Organización Nacional de Trasplantes?
Consolidarnos como líderes y, como hemos comentado antes, aumentar la cantidad de donaciones y trasplantes a través de la consolidación de las áreas de trabajo que tenemos identificadas como las que nos pueden proporcionar un mayor margen de mejora, y adentrarnos en el mundo de la calidad y la seguridad para lograr una mejora continua.