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Este artículo trata sobre la utilización de microorganismos como medicamentos, a partir del análisis del microbioma humano, y de cómo su conocimiento, el de los ecosistemas microbianos, y el de su material genético e interacciones con las células, nos ofrecen nuevas herramientas de avance en la evolución y desarrollo de nuevos fármacos.
Todos conocemos la famosa frase: “Yo soy yo y mis circunstancias”, aunque también podríamos decir: “Yo soy yo y mis bacterias”; que son unos magníficos indicadores de nuestra salud o de nuestra enfermedad.
Nuestro organismo contiene diez veces más microbios que células. Billones de microorganismos conviven en nuestros cuerpos, y son fundamentales para nuestra salud. Los encontramos en la piel, en las mucosas, en los intestinos. Adquirimos las bacterias durante el parto, la lactancia y a lo largo de nuestra vida. Millones de bacterias entran en nuestro tubo digestivo por contacto con los alimentos, el agua, el ambiente, y las interacciones humanas. Alrededor de 40.000 especies diferentes habitan en nuestro cuerpo. Cada individuo posee un microbioma característico, y su equilibrio se ve afectado por factores tales como: la lactancia artificial, el estrés, el uso recurrente de los antibióticos, la dieta, etc.