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En este artículo se realiza una exhaustiva descripción de la botica del Monasterio de Santa María la Real de Nájera; para ello el autor comienza dando unas pinceladas sobre la ciudad de Nájera y su entorno social y asistencial, así como de los servicios sanitarios de los monasterios desde la Edad Media, para concluir con una revisión de todas las etapas de esta botica, desde su creación hasta la cesión por parte de la familia Cusí, en 1997, del legado del Museo Cusí a la Real Academia de Farmacia de Cataluña
Al tratar cualquier tema, más o menos histórico, relacionado con la ciudad de Nájera siempre es necesario hacer una referencia a lo que ha sido esta ciudad en el transcurso de los tiempos, a su pasado, a la importancia de su reino hasta que fue anexionado por Castilla, y en especial a todo lo que ha representado su Monasterio desde su fundación hasta el abandono de los monjes con motivo de la exclaustración en el año 1835. La adecuación de esta circunstancia, la histórica, también se da cuando deseamos acercar a los profanos lo que ha sido la botica de su monasterio, que por su legado y por el nivel científico a que llegó hasta casi la mitad del siglo XIX, podemos considerarla como una de las mejores boticas monásticas de toda la geografía española. Y es que en la misma botica encontraremos signos que hacen referencia a realidades históricas, desde el escudo de la abadía que encontramos en sus botes, a las pinturas que honran sus dependencias, a su ubicación, un tanto original si la comparamos con otras boticas monásticas o con los mismos restos decorativos que podemos encontrar en las dependencias de la casa del abad, espacio hoy recuperado.